Cuadratura del círculo

por / sábado, 23 noviembre 2002 / Publicado en5 días

El mundo digital es desde luego un mundo de datos, básicamente. Algo que parece de perogrullo pero que no siempre está en la trastienda mental de quien interacciona con ese mundo, virtual la mayor parte de las veces y tangible muy pocas. Siempre ha resultado graciosa la dualidad que el concepto digital conlleva en español, donde dígitos numéricos y dedos acusadores pueden esconderse en este adjetivo que en el vecino país galo se ha sustituido por numérico bajando con claridad a la arena de los bits.

Desde luego, para quien no le interese la etimología, disgresiones como la que encabeza estas líneas pueden resultar inútiles y superfluas, pero hay mucho más detrás de una palabra que su significado. Ahora hay datos, ingentes cantidades de datos. Y desde que la Red ha llenado por completo nuestras vidas, esos datos nos inundan sin tiempo para contrastarlos y asimilarlos. Algo que antaño resultaba más cómodo y desde luego posible.

Los datos han llenado de forma insistente la Red estos días otoñales y amenazan con desbordar el cauce del tiempo que disponemos para analizarlos y mucho más el espacio cerebral del que aún disponemos para almacenarlos. Verbigracia. Los datos trimestrales de Terra necesitan para ser fijados en el cerebro de forma adecuada un buen sueño, muy reparador y que garantice quietud en esa fase del sueño en que se fija la memoria, no sea que en la próxima presentación de resultados no podamos comparar lo dicho sobre esa empresa que lleva alcanzando el equilibrio financiero desde que surgió.

Terra Lycos ha reducido sus pérdidas un 30% respecto al año anterior. Pero si analizamos la letra pequeña, los datos se vuelven difusos: entre julio y septiembre, los ingresos de la compañía menguaron casi un 10% en comparación con el trimestre anterior. Cualquier estudiante entendería que si la facturación no aumenta, el modelo de negocio se tambalea. Y si además sus competidores, como Wanadoo o T-Online, presentan números de color algo oscuro, el panorama se complica. Lo han repetido hasta la saciedad muchas voces, pero no las de los analistas, que no debieron fijar convenientemente los datos anteriores en su disco duro.

En fecha reciente también hemos asistido a una inundación de datos que sitúan en 31.000 millones los mensajes de correo electrónico. Nada menos que 31 millardos, que se envían diariamente por Internet, según aparece recogido en un informe donde además se asegura que la cantidad se duplicará hasta alcanzar los 60.000 millones antes del año 2006. Si a eso unimos el creciente número de buzones personales que ya existen, no nos quedará ninguna duda de que lo electrónico está ganando la batalla a lo tradicional.

¿Y por qué gana esa batalla lo digital? Porque, según un tercio de los españoles consultados por una cadena de tiendas recientemente, la incorporación de las nuevas tecnologías ha aportado sobre todo ‘comodidad’ seguida de ‘eficacia’ (uno de cada cinco encuestados), ‘orden’ en el 12% de los casos y ‘facilidad de acceso a la información’ (11,8%), al margen de otras variables. Además, hay ventajas en el ámbito laboral: la mitad de los encuestados aseguraron que la mayor ventaja era el teletrabajo.

Si hasta el 93% de los periodistas españoles considera Internet imprescindible para su labor profesional… Si uno de cada cuatro españoles se declara tecnoadicto… ¿Por qué no cuadran los número?

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