El otro lado

por / sábado, 21 septiembre 2002 / Publicado en5 días

Cuando se trata de penetrar en el lado oscuro, tenemos sangre Sith en esta piel de toro. Basta con visitar la cartelera cinematográfica para colocarse al otro lado de la cama y sentirse plenamente identificado con la realidad sociocultural que retrata con desparpajo Emilio Martínez-Lázaro con la ayuda del descaro de Guillermo Toledo, Paz Vega y compañía.

Pero en Internet también hay otro lado. Prácticamente la Red es el otro lado… de la vida. En Internet se puede conseguir que se estremezca la tan cacareada credibilidad de medios de comunicación tradicionales que hace tiempo que no contrastan las fuentes y se columpian anunciando como verídica una pirueta humorística de activismo político anarquista tan llamativa como la que ha protagonizado el denominado Progress, un partido inexistente que ha conseguido convencer a media Europa de que era verídica la intención de su página web, donde se proponía al electorado alemán comprar su voto a cambio de 10 euros para los comicios legislativos del domingo, bajo el lema Gane dinero con su voto.

La propuesta sarcástica despertó numerosas protestas en Alemania por el ofrecimiento al internauta para rellenar un formulario y señalar con una cruz la casilla ‘me comprometo a votar al partido que me será indicado por Cashvote.com’. Después, Cashvote.com prometía a entregar 10 euros ‘en el momento en que se encuentre un comprador para su voto’. El presidente de la Comisión Electoral alemana llegó a calificar estos procedimientos como ‘un modo perverso y altamente criminal de perjudicar a nuestra democracia’. Básicamente porque no se le ocurrió pensar que tamaña barbaridad sólo podía ser una forma de denunciar el creciente descrédito de la conversión en espectáculo mediático de la política alemana.

Hasta aquí estaríamos viviendo una historia mil veces repetida a este lado del mundo, el lado real, esa comedia que cinematográficamente hablando es nuestra más evidente impronta. Pero lo más oscuro del asunto es que nadie leyó, al menos en España, la web original (www.cashvote.com) para comprobar la fidelidad de lo descrito por las agencias de noticias. La página inicial estaba en el poco popular idioma alemán, es cierto, pero existen multitud de traductores (babelfish.altavista.com) para convertir a la lengua del imperio la comunicación fechada en Kiel. Y si lo hubiéramos hecho nos hubiéramos encontrado con un documento en el que se advertía que todo había sido una acción política de índole sarcástica destinada a despertar conciencias en una sociedad adormecida. Ni dinero ni votos habían cambiado de manos, ni mucho menos de partido. Pero en España aún hay prestigiosos medios que seguían ofreciendo como verídica la noticia. Este era precisamente el pecado del que se acusaba a los jóvenes medios electrónicos hace unos meses. A esos medios que no tienen tiempo para contrastar la información acuciados por la inmediatez.

Si recurriéramos a ámbitos bursátiles tendríamos más de lo mismo. A este lado de la realidad, los analistas que antaño nos aconsejaban comprar Terra a 125 euros colocan ahora precios objetivo de Telefónica a 11, que mañana serán 10 y pasado lo que haga falta con tal de seguir captando atención, o mejor dinero. Sólo en el lado oscuro de la Red (¿foros?, ¿páginas personales?) leemos cosas con sentido común sobre las tecnológicas recordando otras aquí descritas (perso.wanadoo.es/djorda/analisis.htm).

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