Errores en Internet

por / sábado, 11 mayo 2002 / Publicado en5 días

Desde la más tierna infancia nos bombardean con aquel latinajo (‘errare humanum est’) con el que todo hijo de vecino disculpaba la incompetencia propia y la ajena. Y por mucho que el mundo haya cambiado con el advenimiento de Internet, parecemos empecinados en mantener en nuestra memoria y (lo que es peor) en nuestra actividad cotidiana esa disculpa que suena aun más horrorosa cuando la traducimos a ese inglés de argot informático con el que nos sorprende la pantalla a menudo. Pero vayamos por partes.

Hay desde luego muchos errores que no lo son pese a parecerlo. Porque de error calificaría cualquier inversor la rueda de molino con que algunos pretenden hacer comulgar a los accionistas minoritarios de Nueva Montaña Quijano (NMQ), a quienes pretenden pagar sus acciones con las de Global Steel de las que ya son propietarios. Algo así como si quisieran comprarnos el coche y pagarnos con varias piezas del mismo. Por si algún inversor lo desconociera, NMQ es la dueña del 27,49% de GSW (9.308.801 de acciones) pero pretenden sacarla de circulación ofreciendo al 73,83% de su accionariado cambiar su participación de 7.338.128 acciones de GSW a cambio de sólo 3.936.765 ofrecidas por Coal Trade (una empresa creada el día 2 de abril para tal fin). La misma historia de siempre. Y la misma callada por respuesta de quienes deben defender al minoritario.

Evidentemente, con estos errores (que lo parecen pero no lo son) nunca tropezaremos en Internet, donde cuando se mete la pata se mete de verdad. Y no sólo eso, sino que incluso se puede saber quién ha cometido el mismo y sangrante error que uno. Básicamente, porque el mal de muchos siempre es consuelo de todos. Para ello, muchos usamos Google (www.google.com). Basta copiar el mensaje de error de cualquier consulta infructuosa a una base de datos y pedirle al buscador otros servidores de otras empresas que hayan tenido el mismo error. Comprobar que tal Administración, aquella multinacional y esta y la otra universidad tienen los mismos problemas que uno no resuelve nada. Pero deja al descubierto que las deficiencias son muchas y populosas.

Hay también errores fatales y algunos que, aun siéndolo, no lo son tanto traducidos. Basta para comprobarlo con visitar una de mis páginas preferidas. Su título es Error, error, error. El fin del mundo está cerca y puede encontrarse en muchas direcciones (por ejemplo, http://idd00mch.eresmas.net/error.htm).

Pero el error mayor con que podemos encontrarnos en el mundo internauta empresarial es un marketeo de páginas mal hecho. La misma forma de designar esta acción es en sí misma un error. Pruebe con cuantos ejemplos se le ocurran y verá como disfruta y como se olvida de lo que lleva perdiendo este año con Terra, con Amazon, con Cisco, con Jazztel, con… Verbigracia, intente encontrar páginas en Google sobre la nueva tecnología de Microsoft. Lo mismo da que escriba .NET en mayúsculas, minúsculas, entrecomillado. Siempre aparecerá PHP (el enemigo de código abierto) como primera referencia o Universia, si acota la búsqueda a páginas españolas.

Y lo normal es que se pregunte ¿cómo puede liderarse la Red, sin liderar siquiera la herramienta más elemental para cualquier usuario? Si esto fuera EE UU, mi correo se llenaría de propuestas de trabajo para corregir estos errores.

Pero esto es Spaña (pronúnciese con ese muy líquida). Y esta vez no se trata de ningún error. Es una cruz.

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