Huelga decirlo…

por / sábado, 15 junio 2002 / Publicado en5 días

Definitivamente, uno se verá siempre obligado a recurrir a la sabiduría que le transmitió su abuela en su más tierna infancia y casi siempre en el ambigú de aquel cine donde saboreábamos las películas de El Coyote. Una sabiduría que, por estas fechas, le hacía repetir machaconamente aquello de que ‘hasta el cuarenta de mayo’ no debe uno quitarse el sayo. ‘Y para más seguro, hasta el cuarenta de junio’. Es más, había una versión que añadía que si junio era ruin ‘hasta el fin’. Y de la ruindad de este mes no cabe la menor duda. El editorial del diario The Guardian de esta semana, British liberty RIP (www.guardian.co.uk/leaders/story/0,3604,730935,00.html), evidenciaba la salud de la libertad en Europa.

El Gobierno del Reino Unido pretende que ministerios, ayuntamientos y diversos servicios públicos puedan rastrear el correo electrónico, las llamadas telefónicas y los lugares en que se ha utilizado el móvil sin orden judicial.

El diario británico afirmaba que el plan gubernamental es ‘una burla al derecho a la privacidad que se supone que la Ley de Derechos Humanos tiene que proteger’. Y sentenciaba que ‘no va a ayudar a capturar terroristas’ y sí va a ‘aumentar la sospecha pública y la desconfianza hacia los servicios de seguridad y la policía’. Huelga decirlo por obvio… pero parece que la obviedad se ha convertido en canción del verano. Huelga decirlo también, pero la estupidez, el analfabetismo democrático y otros males antiguos, que creíamos tan erradicados como la poliomelitis, se empeñan en resurgir en este siglo XXI. Cuando parecía que algunos de los disparates de la LSSI se estaban reconduciendo gracias a la presión de algunos colectivos españoles, el Parlamento Europeo se saca de la manga el que muchos han denominado ya como ‘estado policial virtual’.

Los grupos Popular y Socialista del Parlamento Europeo han promovido una normativa que autoriza a retener datos sobre los internautas, obligando a los operadores de Internet a que los almacenen ‘por un tiempo limitado’. Y a renglón seguido el PP ha introducido una enmienda en la LSSI proponiendo que los proveedores de Internet guarden todos nuestros datos durante un año. Huelga decirlo, pero es que no deberían guardarse ni una hora, ni un minuto, ni un segundo… ¿Acaso alguien está guardando la acción de comprar este diario en el kiosco? ¿O de registrar la marca del tabaco que ahora fuma plácidamente? Pues algo similar se pretende con esta iniciativa: saber cuánto hacemos, cuánto leemos, cuánto consumimos, cuánto vivimos. Huelga decirlo… pero el Gran Hermano orwelliano comienza a parecerse a una hermanita de la caridad.

Para que este junio tan ruin no tenga fin, el jueves tenemos la primera huelga general de la nueva economía. Y uno se pregunta retóricamente si los sindicatos se han percibido de que en el mundo virtual los piquetes informativos no tienen cabida. No se puede ‘informar’ a nadie si él no se deja, y si no se le puede ubicar espacialmente, las acciones informativas se vuelven inútiles.

¿Cómo se legislan servicios mínimos en un portal bancario o un medio de comunicación digital? ¿Cómo se mide el impacto de la huelga si cualquiera puede teletrabajar desde casa, el coche o el patio de alguna universidad? Huelga decirlo, pero esta huelga general se va a enfrentar al hecho de que los tiempos están cambiando. El 20-J trabajadores y huelguistas nos veremos en Internet y comprobaremos qué ha cambiado y qué sigue igual.

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