Le llamaban censura

por / sábado, 17 mayo 2003 / Publicado en5 días

Ya se sabe que a base de insistencia todo se consigue, que el agua blanda en piedra dura acaba haciendo mella, pero nadie quería creer que se atrevieran a hacerlo tan pronto. Hubo intentos en el anterior remocicado de dominios de primer nivel, cuando surgieron los .info y .biz entre otros, pero el sentido común acabó imperando. Y hete aquí que los Estados cada vez más Unidos (contra el resto del mundo) de América han decidido ir por libre, como parecen empeñarse últimamente.

El 4 de septiembre estará disponible para residentes en EE UU y empresas el dominio .kids.us. El pasado otoño el congreso accedió a que NeuStar creara el dominio después de varios intentos ‘para alejar a los menores de material inapropiado’, pero ya pensábamos que todo había quedado en agua de borrajas. Las páginas albergadas bajo el dominio .kids.us serán controladas para asegurar que no contienen lenguaje grosero, pornografía, violencia u otro material inapropiado para menores de 13 años. Tampoco incluirán herramientas interactivas como chats, servicios de mensajería o enlaces a páginas externas al dominio. Y yo me pregunto ¿cómo será Internet sin links?, ¿quién decidirá lo que es lenguaje grosero, lo que es violencia o lo que resulta inapropiado?, ¿serán los republicanos o los demócratas?

Una de mis diversiones preferidas cuando dispongo de un auditorio poco ducho en la navegación internauta que tenga delante una pantalla y un ordenador con el Explorer de Microsoft instalado es dirigirlos hacia el menú Herramientas para que seleccionen Opciones de Internet. Entonces, en la pestaña Contenido les pido que activen el Asesor que configura las restricciones para controlar lo que puede verse en ese equipo. Aún no he encontrado a nadie que lo haya hecho, lo que demuestra que leer los manuales de instrucciones o de ayuda sigue siendo más asignatura pendiente que las matemáticas de COU. ¿Tampoco ningún paciente lector ha navegado por esa procelosa configuración? Pues debería hacerlo. Porque allí encontrará una escala que, en lo referente al lenguaje, van de la jerga inofensiva al lenguaje explícito (tacos referidos a partes del cuerpo humano) o cruel, pasando por reniegos suaves, moderados o gestos obscenos. Categorías ellas todas que además de eufemísticas resultan del todo incomprensibles (y argumentalmente kafkianas) para cualquier europeo, no digamos si es latino, y más si es español (y del norte).

Pero si es sexo lo que deseamos filtrar con arreglo a mentalidades norteamericanas descubriremos que los besos apasionados son una de las formas de distinguir grados de sexualidad en una fotografía (¿?) y que en la escala que lleva a la actividad sexual explícita hay dos categorías que superan mi capacidad de fabulación: la actividad sexual no explícita y, sobre todo, el roce sexual con la ropa puesta. Si mi abuelo republicano, socialista y algo ácrata pudiera levantarse de su tumba no quedaría a buen seguro más estupefacto que quien suscribe.

Y, ¡ojo!, al abandonar la configuración: asegurémonos de pulsar el botón cancelar, por si las moscas. Lo gracioso es que los padres que deseen controlar a sus hijos podrán configurar sus servidores para que los menores accedan sólo a sitios bajo el dominio .kids.us, lo que convertirá sin duda La biblioteca de Alejandría que es Internet en la librería judeocatólica que hay en la esquina de mi calle. Con todos los respetos, antediluviano.

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